Ingredientes
-
1 bote grande de garbanzos cocidos
-
1 zanahoria
-
1 cebolla pequeña
-
2 dientes de ajo
-
Perejil fresco picado
-
Harina de trigo
-
Sal y pimienta
Introducción
Desde hace un tiempo, a pesar de que en casa no somos veganos, estamos intentando aprovechar mejor las hortalizas y legumbres, que normalmente consumimos sólo como guarnición o acompañamiento de huevos, carnes y pescado. Nos parece una forma sana de compensar el abuso que hacemos a veces de las proteínas de origen animal, y además descubrimos sabores y texturas nuevas, así que nos está gustando la experiencia.
Uno de nuestros descubrimientos han sido estas hamburguesas de garbanzos, que han pasado por la aprobación del adolescente adorador del fast-food y del marido carnívoro, vamos, que la receta está más que recomendada para los paladares más exigentes, ya sean o no vegetarianos 😉
Preparación:
Abrimos el bote de garbanzos y les sacamos el líquido en el que vienen (esa especie de gelatina se va en un segundo si los ponéis en un escurridor y les pasáis un chorro de agua). Escurrimos bien y los ponemos en un vaso batidor (sirve Thermomix o batidora tradicional).
Por otro lado, picamos ajos y cebolla y los sofreímos los ajos ligeramente, que la cebolla se ponga transparente nada más, y reservamos el aceite. Ponemos la cebolla y los ajos a escurrir sobre papel de cocina, y los añadimos también al vaso. Agregamos la zanahoria pelada en trozos, sal, pimienta y perejil y batimos hasta que se forme una pasta un poco basta (deben verse los diferentes colores de los ingredientes).
Sacamos la masa de hamburguesas del vaso y la llevamos a la nevera durante una hora para que se asiente y adquiera una buena textura.
Al cabo de ese tiempo, cogemos bolas de masa, les damos forma de hamburguesa con la mano y las pasamos por harina.
En una sartén con el aceite que hemos utilizado previamente, freímos las hamburguesas 1-2 minutos por cada lado (el aceite debe estar bien caliente, sin que llegue a humear).
Listas para llevar a la mesa y disfrutarlas solas, en pan… ¡¡a comer!!